sábado, 8 de marzo de 2008

El mago de Oz Ediciones Alfaguara









Ayer conseguí otra edición de "El mago de Oz"de 1978. Pertenece a la editorial Juvenil Alfaguara.
ISBN: 84-204-3509-0
Es una traducción (bastante mejorable) de Gerardo Espinosa. A los munchkins (tradicionalmente conocidos en español como munchkines, lo que no me gusta nada) los llama Mascones. A los Quadlings sin embargo los bautiza como los cabezudos y los winkies reciben el apelativo de Guiñones. El primer capítulo denominado El ciclón (aunque por lo visto el nombre técnico del fenómeno meteorológico que llevó a Dorothy a Oz es tornado) pasa a llamarse La tromba que en Sudamerica puede ser un término conocido, pero aquí en España no es así. Por último, Tin woodman (en el original) el tradicional leñador de hojalata aquí es traducido como el leñador del bosque.

Las ilustraciones son las originales de WW Denslow, aunque están en blanco y negro. También contiene un epílogo de Martin Gardner, del que no me resisto a reproducir aquí algunos fragmentos:

En el número del quince de Octubre de 1900 de The show windows, Baum escribió un editorial de despedida: "La generosa acogida que los americanos han dispensado a mis libros infantiles en los dos últimos años me exige tanto que, de aquí en adelante pienso dedicar toda mi atención a esa actividad". Y así lo hizo. Durante los diecinueve años siguientes, hasta su muerte, escribió más de sesenta libros para niños, muchos de los cuales aparecieron bajo seudónimo. Cerca de la mitad de estos libros son de carácter fantástico y, de ellos, catorce (incluido El mago) pertenecen a la serie Oz. Tras la muerte de Baum en 1919 una escritora de Filadelfia llamada Ruth Plumly Thomson escribió otros diecinueve libros sobre Oz. Neill escribió tres libros de esta serie, Jack Snow dos, Rachel Cosgrove uno y el coronel Frank Joslyn Baum, hijo de Baum otro; en total, cuarenta libros sobre Oz. El libro del coronel, titulado The laughing Dragon of Oz, es en la actualidad una pieza rara para coleccionistas. Lo publicó Whitman Publishing Company en 1934 y se vendió a diez centavos cada ejemplar (...)

No es difícil comprender por qué los niños y niñas de hoy leen el Mago con el mismo asombro con que podrían haberlo leído en 1900. es una fantasía espléndida, hábilmente escrita, chispeante de color y emociones, rebosante de humor y tranquila sabiduría. Quizá un niño no llegue a entender los ataques satíricos y los niveles más profundos de significado del relato, pero ahí están y constituyen una de las razones por las que El Mago se ha convertido en un clásico. Cuando T. S. Eliot escribió "Somos los hombres huecos. Somos los hombres rellenos", ¿no estaría pensando vagamente en el Leñador de Hojalata y en el Espantapájaros (entre otras cosas)? ¿Son los respetados Magos de nuestras Ciudades de Esmeralda auténticos magos o sólo amables charlatanes de feria que nos cubren los ojos con cristales de colores para hacernos creer que la vida es más agradable de lo que realmente es?

MARTIN GARDNER
Dobbs Ferry, New York
Junio de 1960

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